Taxco revive la leyenda azteca del origen de la Nochebuena

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En Taxco, donde algún día los chontales se resistieron al dominio azteca, aún se cuenta la leyenda que explica el origen de la cuetlaxóchitl, flor que Moctezuma Ihuilcamina llevó a sus jardines reales y que hoy conocemos como Nochebuena.

El levantamiento en Tlascho y la flor que nació de la sangre

La región de Tlascho —la actual ciudad de Taxco, en la zona Norte de Guerrero— fue escenario de una de las rebeliones más recordadas por la tradición oral indígena. Según la leyenda, los chontales, cansados del dominio mexica, se negaron a pagar tributo y se sublevaron contra el poder central. El desprecio azteca hacia ellos era evidente: los llamaban chontalli, “los que hablan en la garganta”.

Moctezuma Ihuilcamina, emperador entre 1440 y 1469, ordenó enviar a su ejército más poderoso para sofocar el levantamiento. La batalla habría sido brutal, dejando un rastro de sangre en las laderas y barrancas que rodean Taxco.

La tradición cuenta que, al caer los rebeldes, la tierra absorbió su sangre y, tiempo después, brotaron flores rojas intensas, como si la memoria de los chontales hubiera quedado sembrada ahí. Así habría nacido la cuetlaxóchitl, flor que representaba el espíritu de los derrotados pero también el despertar de una nueva vida.

“En el pueblo siempre nos dijeron que esta flor nació del dolor, pero florece cada diciembre para recordarnos que aquí resistimos”, relató don Margarito, vecino de la zona de Cuetlaxochitlán, en Taxco.

Moctezuma Ihuilcamina y el hallazgo entre los cerros

Tiempo después, narra la leyenda, el propio Moctezuma Ihuilcamina visitó el territorio de Tlascho. Durante uno de sus recorridos por los cerros de Cuetlaxochitlán, el emperador encontró la flor roja que lo dejó maravillado. Sin dudarlo, ordenó llevarla a sus jardines botánicos de Huaxtepec y Chapultepec, donde comenzó su cultivo.

Este gesto, según algunos historiadores, coincide con el interés documentado de Moctezuma por coleccionar especies naturales. De hecho, los jardines de Huaxtepec son considerados uno de los primeros espacios botánicos de América, un dato verificable que refuerza el contexto del relato.

Significado y espiritualidad de la cuetlaxóchitl

Su nombre proviene del náhuatl cuetlahui (marchitarse) y xóchitl (flor), lo que se interpreta como “flor que se marchita” o “flor de pétalos resistentes como el cuero”. Para los antiguos mexicas era símbolo de pureza y renacimiento.

La leyenda afirma que los guerreros muertos en combate volvían a la tierra convertidos en colibríes para beber la miel de esta planta. Por eso la cuetlaxóchitl era considerada un puente entre la muerte y la vida, un recordatorio de que el espíritu sigue andando, “a tiro”, como decimos en Guerrero.

Un cierre desde la memoria de Taxco

Hoy, cada diciembre, la flor regresa a las calles de Taxco como un mensaje vivo: nuestras raíces siguen firmes y nuestra historia no se marchita. En cada cuetlaxóchitl hay un pedazo de la memoria chontal y un llamado a mantener viva la identidad guerrerense, pura neta.

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